Por qué las playlists en streaming no acabarán con el formato álbum
¿Ha muerto realmente el formato álbum?
Es cierto. Puede que el álbum haya muerto. O al menos el álbum tal y como lo conocemos hasta ahora… Pero antes de empezar a lanzarme todas tus cajas de discos, escúchame.
Debido a la sombra del streaming, es fácil olvidarse del formato álbum para escuchar el single o una playlist que lo incluye.
Pero, los mismos motivos que han hecho que el álbum “deje de ser importante” son en realidad una prueba de que el álbum es más vital que nunca. Especialmente para aquellos artistas que realizan su propia distribución musical.
Puede que la antigua definición de álbum haya muerto. Pero ha vuelto a la vida con aún más fuerza y significado para el artista.
NO se trata simplemente de algo que la industria musical trata como un simple producto.
En esta época en la que el streaming y las playlists dominan el sector, ha llegado el momento de pensar de otra forma en cómo funciona el formato álbum—y aún más importante, para quién funciona.
Formas de escuchar
Por supuesto, seguimos escuchando albums de vez en cuando—nos encanta escuchar nuestros clásicos favoritos de principio a fin. Pero cada vez es más evidente que las formas principales de escuchar música son las escuchas individuales y las playlists.
En el informe de Music Biz sobre el consumo de música en 2016, el 77% de los participantes afirmó escuchar principalmente música a través de listas de reproducción o reproducciones únicas. Y sólo el 22% escogió el álbum como formato preferido.
El concepto tradicional del álbum—un objeto que está en tus manos mientras te pierdes en su universo—se ha convertido en un contendiente secundario en la batalla por nuestra relación con la música.
Los artistas más populares incluso han comenzado a llamar sus “albums” de otra forma completamente diferente. Drake ahora saca playlists. Beyonce crea visuales. Chance reinventa la mixtape. Frank Ocean saca videoclips de 45 minutos.
No podemos culparlos por haber dejado atrás un concepto pasado de moda. Los albums eran publicados de una forma determinada, limitada por el formato físico.
Pero estas restricciones ya no existen. La distribución digital de música ya no tiene límites.
Albums: Sólo el primer paso
Piénsalo. El álbum solía ser la etapa final del consumo de música: Compra el álbum, escúchalo entero, ámalo.
Hoy en día, un álbum es publicado y absorbido por el torbellino del streaming—roto en mil pedazos por algoritmos y playlist.
En 2016, cada día hubo más reproducciones en streaming (1200 millones) que canciones descargadas en todo el año (734 millones). Los días en los que de verdad poseíamos una canción o un álbum (físico o digital), ya son historia.
El álbum solía ser la etapa final del consumo de música: Compra el álbum, escúchalo entero, ámalo.
No me malinterpretes. Las plataformas de streaming han ayudado a poner un poco de orden tras los oscuros primeros años de la descarga digital de música.
Pero aunque el modelo parece ser un poco más sostenible hoy en día, el formato álbum ha sido víctima de este proceso.
Si escuchas algo, añádelo a una lista
Las playlists son el principal catalizador del dominio del streaming en nuestros oídos.
Las tiendas digitales de música—como Spotify o Tidal—son productos que aportan mucho más que la simple venta de un álbum para su escucha en línea o su descarga.
El servicio adicional que las plataformas de streaming ofrecen está basado principalmente en las poderosas playlists. Los algoritmos, las playlists creadas por artistas y las playlists temáticas son las principales formas de las que escuchamos música hoy en día—este trabajo era cosa de los albums anteriormente.
No es nada nuevo, por supuesto. Spotify no inventó las playlists, en absoluto. Llevamos creado playlists desde que el formato MP3 vio la luz. Pero las plataformas de streaming ahora lo hacen por nosotros—o nos facilitan su creación.
Las únicas playlists que creábamos por entonces eran tal vez 20 canciones para un road trip, o un mix para una house party (con “Call me maybe”).
Pero como que las plataformas de streaming nos ponen mas fácil al deconstrucción de los albums en mil pedazos, existen muuuuuuuuchas playlists para cualquier situación…
- Playlists para dormir (shout out Ed Sheeran)
- Playlists basadas en el tiempo
- Playlists para tu clase de spinning de las 2PM
- Playlists para bebés
- Playlists basadas en personajes de series de TV
- Incluso playlists que indican el éxito de la música mainstream tal y como la conocemos
La ola de las Playlists
¿Y cuál es el resultado de todas esas playlists? Para resumir, el streaming a la demanda aumentó en un 83% en 2016, mientras que las ventas de albums bajaron casi un 16%. Lo sentimos, Rob Gordon.
Piensa en los albums como pizzas: Antes comprábamos pizzas congeladas, las preparábamos y las cortábamos nosotros mismos.
Las plataformas de streaming y las listas de reproducción automáticas nos ofrecen porciones de pizza perfectamente cortadas y recién salidas del horno Y además nos regalan unas alitas de pollo y el postre. ¿Quién sería capaz de rechazarlo?
Parece ser que es mucho más sencillo—y está más rico—cuando simplemente nos sirven la pizza preparada…
Unidades equivalentes al álbum
La industria discográfica también ha tenido que adaptarse a las nuevas formas de escuchar música.
Los streams, las reproducciones, las ventas y las escuchas de todo tipo han de ser tomados en cuenta para medir el éxito de un artista. La cifra de ventas de albums ya no sirve.
Y la solución para medir todas estas escuchas ha dado lugar al nacimiento de uno de los términos más divertidos de la industria: La Unidad Equivalente al Album.
Las unidades equivalentes al álbum son la nueva definición de las ventas de albums. Lo toman todo en cuenta, desde los streams a las ventas digitales y físicas, para medir el éxito de un álbum.
Por ejemplo: 1.500 streams de una canción de un álbum se consideran una “venta de álbum” en el nuevo sistema. Así que ti escuchas UNA SOLA canción de un álbum 1.500 veces, cuenta como una “venta de álbum” en las listas como Billboard 200.
Las unidades equivalentes al album son la nueva definición de las ventas de albums. Lo toman todo en cuenta, desde los streams a las ventas digitales y físicas, para medir el éxito de un álbum.
Lo cual suena extraño. Pero ocurre TODO EL TIEMPO. Gracias a… ¡LAS PLAYLISTS!
Los singles aparecen en lista de reproducción mega-populares y a veces consiguen cientos de miles de reproducciones, mientras que el resto de canciones del álbum recibe mucha menos atención.
¡Así que es posible que un álbum sea disco de Oro o Platino gracias al éxito de una sola canción! Un cambio que ha tenido un gran impacto en la forma en que la música es promocionada y publicada.
Nuevos horizontes
Y entonces, ¿en qué situación deja todo esto al álbum?
¿Está el álbum condenado a convertirse en carne de cañón para las playlists? ¿Un formato anticuado que continuamos utilizando porque es lo que siempre hemos hecho? ¿El álbum sigue teniendo “valor” gracias a su efecto escaparate?
Y si el álbum ha muerto, ¿no debería todo el mundo hacer simplemente singles y esperar a ser incluido en las playlist populares?
En absoluto.
Todo lo mencionado anteriormente es la PRUEBA de que el álbum sigue siendo vital para la música… Pero tenemos que dejar de pensar en él como en el pasado.
El álbum ya no es un formato. Es un enfoque
El álbum no ha muerto. El streaming ha hecho simplemente que sea menos importante para la audiencia. Pero no significa que ya no son útiles desde un punto de vista creativo.
Pensar en albums ayuda a los artistas mentalmente de una forma con la que el streaming nunca podrá acabar. Estos son algunos de los beneficios que los albums aportan a los creadores:
El álbum como limitación sana:
Enfocar un proyecto pensando en el álbum te ayuda a limitar cuántas canciones tienes que terminar.
Cuando tienes un concepto o idea para un álbum, visualizar la duración de un album tradicional (normalmente entre 10 y 20 canciones) es mucho más fácil que enfrentarse a un número ilimitado de canciones.
“Existe una fina línea entre satisfacer a sus fans y rendir a máximo nivel” -Paul Cantor. Escritor, Editor y Productor Musical
Es una forma efectiva de pasar el control de calidad. Si tienes algunos tracks de los que no estás seguro, es conveniente hacer un corte para ajustarse a la estructura del álbum tradicional.
Recientemente Paul Cantor escribió sobre los inconvenientes del formato album que “existe una fina línea entre satisfacer a sus fans y rendir a máximo nivel.”
Nos hemos acostumbrado a dar y recibir mucha música muy rápidamente, lo cual compromete la calidad.
Pensar en la mentalidad tradicional del álbum ayuda a a establecer límites a la hora de decidir lo que pasa el corte. Y esto hace que publiquemos mejor música.
Todo álbum conlleva una fecha de entrega:
Fechas límite. Las necesitamos. Pueden ser una pesadilla, o realmente gratificantes. Pero si produces canciones y las publicas de forma arbitraria, es muy difícil establecer barreras temporales para un proyecto.
“Voy a terminar 20 canciones para el 18 de julio” es mucho más manejable que “Voy a terminar 20 canciones pronto.” La primera frase hace que cumplas con tus tareas. La segunda… no tanto.
Brian Eno (el indiscutible gurú musical de la eficiencia creativa) resumió a la perfección la importancia de las fechas de entrega de los albums en su conversación con la RBMA en 2013:
“Las dos cosas que hacen buenos discos son las fechas de entrega y los pequeños presupuestos. Aquellas que hacen malos discos son la libertad en la entrega y los presupuestos ilimitados.” -Brian Eno
El enfoque “álbum te permite obedecer una fecha límite sana para un grupo de canciones—cosa que te ayuda a terminarlas.
Los albums te cambian las ideas:
Crear teniendo en mente la idea del álbum también te ayuda a reservar un poco de tiempo para crear y centrarte en construir un concepto. Los albums requieren tiempo en el estudio y una importante cantidad de reflexión libre de distracciones.
Un proyecto de álbum te permite también adentrarte más en un concepto determinado. Los albums pueden contar una historia rica y entrañable con altos y bajos, partes más oscuras y otras más brillantes, y crear una experiencia global.
El álbum te ofrece—y también al oyente—un universo conceptual completo en el que adentrarse. Las ideas, los conceptos y la trama narrativa pueden descubrirse con el tiempo—algo imposible de recrear con una sola escucha del single.
El álbum te ofrece—y también al oyente—un universo conceptual completo en el que adentrarse.
Un concepto que se va desvelando a lo largo del álbum también puede ser de gran ayuda en la toma de decisiones. Si no estás seguro de una elección particular, el concepto global del álbum te guiará hacia las buenas decisiones.
Si una canción forma parte de una historia o un concepto, es más probable que los oyentes quieran escuchar el resto—el primer paso para crear un fan que prefiere tu album a un solo fragmento en una playlist.
El álbum como hito:
Los albums tienen el poder de capturar un periodo específico de tu desarrollo como artista. Terminar un album es el momento perfecto para pasar de un sonido o influencia específicos a los que te has ceñido durante su proceso de creación.
Marcan los momentos en tu desarrollo, ya quieras continuar en la misma línea o tomar otra dirección. Sin un album para resumir ese momento, es fácil sentirse complacido con un determinado sonido.
Los albums han marcado un hito en muchas carreras musicales: Music From My Mind de Stevie Wonder fue su paso de Motown al loco mundo de la síntesis. Bringing it all Back Home de Bob Dylan marcó el comienzo del “Dylan Eléctrico“.
Sin el álbum, estos momentos se pierden y el arco creativo pierde su claridad. Usar los albums como momentos en tu desarrollo te permiten marcar estos puntos de transición para cultivar tu sonido.
No tires la música fresca con la pocha
El álbum ha muerto. Al menos para la mayoría de oyentes que continúan escuchando la música por playlists. Pero los enfoques creativos originados inicialmente por el album son extremadamente importantes para los artistas en la actualidad.
Aportan una estructura para crear música en un mundo en el que ésta es consumida de formas muy extrañas.
En estos tiempos en los que el consumo de música no podría esta más fragmentado, el álbum está aquí para actuar de ancla y vehicular unas ideas cuya vida depende de una estructura para vivir.
Varias décadas de lanzamientos de albums han creado la plantilla perfecta para publicar música—una plantilla demasiado útil para dejarla atrás.
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